Frasco de microescarabajo "Toe Biter" de 0,5" y media pulgada

Precio de venta $8.99

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Presentamos el "Toe Biter": ¡una innovación en la pesca con microescarabajo! Fabricados a la perfección, estos microescarabajos de plástico blando de media pulgada imitan a los escarabajos acuáticos con una precisión asombrosa. Diseñados para anzuelos de tamaño 14 y menores, este paquete de 8 señuelos flotantes y duraderos abre un mundo de posibilidades.

Diseñados por expertos para replicar pequeños escarabajos de agua, los señuelos "Toe Biter" cuentan con microprecisión para atraer una amplia variedad de peces, especialmente microespecies.

Diseñados para anzuelos de tamaño 14 y más pequeños, estos cebos ofrecen una compatibilidad versátil, lo que garantiza que esté listo para diversos escenarios de pesca.

Fabricado con un plástico flotante duradero, el "Toe Biter" garantiza un rendimiento duradero, manteniéndose a flote y tentando incluso a los peces más esquivos. ¡Mejora tu pesca en miniatura con el "Toe Biter" y redefine las posibilidades de la pesca a pequeña escala!

Con un diseño intuitivo, montar el Toe Biter es facilísimo, lo que te permite dedicar más tiempo a pescar y menos a preocuparte por tu equipo. El Toe Biter funciona bien con anzuelos de tamaño 14 o inferior, con perdigones, bajo flotador, sin peso o con drop shot.

Historia de los Apalaches :

En el corazón de los Apalaches, enclavado entre las ondulantes colinas, había un arroyo conocido por los lugareños como "Arroyo del Mordedor de Dedos". El nombre no era casualidad, pues el arroyo albergaba un legendario escarabajo acuático conocido como "Mordedor de Dedos".

Este escarabajo era único, conocido por su diminuto tamaño pero su voraz apetito. Recibió su nombre de las historias contadas por generaciones de montañeros que se habían aventurado al arroyo. Hablaban de la asombrosa habilidad del Muerde Dedos para mordisquear los dedos de quienes se atrevían a sumergirlos en el agua.

Si bien las historias del Muerde Dedos solían transmitir cierto temor, también transmitían un sentimiento de reverencia. Los lugareños creían que esta singular criatura ocupaba un lugar especial en el ecosistema del arroyo, contribuyendo a su equilibrio y prosperidad. El Muerde Dedos era un recordatorio de los misterios y las maravillas de la naturaleza salvaje de los Apalaches, donde incluso las criaturas más pequeñas podían convertirse en leyendas por derecho propio.